miércoles, 30 de julio de 2008

Baños públicos


Mi madre era una fanática de los baños públicos. De pequeño me llevaba al baño, me enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.
Finalmente me instruía: "Nunca, nunca te sientes en un baño publico" Y luego me mostraba "la posición" que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza. Eso fue hace mucho tiempo. Pero aun hoy en nuestros añosmás maduros, "la posición" es dolorosamente difícil de mantener cuando uno está que revienta.
Cuando "tienes que ir" a un baño publico, te encuentras con una cola de gente que te hace pensar que regalan algo ahí dentro. Así que esperas pacientemente y sonríes amablemente a los demás que también están discretamentecruzando las piernas.
Finalmente te toca tu turno. Verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas. Todos están ocupados. Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa...
Cuelgas tu chaqueta, si llevas, del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), te la cuelgas del cuello como puedes mientras miras como se balancea debajo tuyo, pendiente de no arrastrarla por el siempre sucio suelo.
Pero volviendo a la puerta... como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas los gayumbos y tomas "la posición"... Alivio...... AAhhhhhh..... Más alivio... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar....
Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, así que te quedas en "la posición" mientras tus piernas tiemblan tan fuerte que registrarían 8 en la escala de Richter, sin contar la salpicada finiiiiiita del choff de lo que no se pega en la loza y que te moja todo el culo, justo cuando empiezas a pensar si era solo agua lo que había allí dentro...
Para alejar tu mente de esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico, peroooo, joooooder...! el rollo esta vacío...!. Tus piernas tiemblan cada vez más. Recuerdas el pedacito de papel con elque te limpiaste hace un rato la nariz. Eso tendrá que ser suficiente.Lo arrugas de la manera mas esponjada posible. Pero es más pequeño que la uña de tu dedo y encima todavía esta mojado de moco y pronto de otras cosas...
En eso, alguien empuja la puerta de tu baño y como el cerrojo no funciona recibes tremendo golpe en la cabeza. Les gritas caliente:¡¡¡ OCUPADOOOO !!!", mientras continúas empujado la puerta con tu mano libre y el pedacito de kleenex que tenías en la mano se te cae exactamente en un charquito que hay en el suelo y no estás seguro de si es agua o meados.... y te vas de espalda y te caes sentado en el inodoro...
Te levantas rápidamente, pero ya es demasiado tarde, tu culo ya entró en contacto con todos los gérmenes y formas de vida del asiento porque TU nunca lo cubriste con papel higiénico, que de todos modos no había, aún cuando hubieras tenido tiempo de hacerlo.
Sin contar el golpe en la cabeza, la salpicada del “agua” en el culo, la chaqueta agobiando... el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima de ti, si supiera; porque su culo nunca toco el asiento de un baño publico, porque francamente, "tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí".
Pero la debacle no termina ahí... ahora el sensor automático del baño está tan confundido que suelta el agua como si fuera una fuente y manda todo al colector con tal fuerza que te tienes que agarrar del tubo que sostiene el papel de baño (cuando hay) por miedo a que te vaya a chupar y vayas a aparecer en la China.
Aquí es cuando finalmente te rindes. Estás empapado por el agua que salió del baño como una fuente. Estás exhausto. Tratas de limpiarte con un celofán de unos chicles que llevas en el bolsillo; luego sales inconspicuamente al lavamanos. No sabes cómo funcionan con los sensores automáticos así que te limpias las manos con saliva, te las secas con una toalla de papel y sales pasando junto a la línea de gente que aún está esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente.
Un alma caritativa al final de la línea te dice que vas arrastrando un trozo de papel higiénico (pegado a tu zapato) ¡¡ del largo del río Mississippi...!!...Arrancas el papel del zapato, lo depositas rudamente en la mano del alma caritativa que te dijo que lo traías pegado y le dicessuavemente: ¡¡¡ Toma... puedes necesitarlo...!!!" y sales.En este momento ves a tu chica que ha entrado, usado y salido del baño de mujeres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba. "¿Por qué tardaste tanto?" te pregunta azorada. Y tú... paciente... empiezas a pensar en qué hacían en los urinarios de pared tanto rato los que allí estaban...

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