Estaba la ratita jugando con su osito.

Vino el gato y se la comio.

Luego vino el perro y se comió el gato.

Luego vino el oso y se comió el perro.

Luego vino el cocodrilo y se comio el oso.

Luego vino el Tiranosaurus rex y se comio el cocodrilo.

Luego vino Cayetana de Alba y se comió el Tiranosaurus Rex.

Y la ratita desde dentro pensó: !Pues vaya, si lo se me pongo pecho!

¿porqué?

Pues porque la vida siempre da vueltas y nunca sabes donde es el mejor momento para subirte a ella ni donde te va a llevar, y a veces, las cosas más raras e impensables, con el tiempo se ven de otra manera.